domingo, 12 de agosto de 2012


Poema viviente
                                                                     Para Claudia

Esta ausencia de tu cuerpo va a terminar hoy,
rodará entre ladrillos, entre la ropa desusada,
Se perderá entre esas cosas que olvidamos.
Voy a ir a tu encuentro con mis huesos cargados,
me olvidaré de la muerte como un animal sin dueño,
jamás tendré nostalgia de esta soledad de viejo ciego.
Necesito de mis amigos vivos y de tu piel,
y de tu roce inesperado. ¡Qué se queden lejos los muertos!
¡Qué esperen con su angustia pegajosa!
Ya habrá tiempo para escucharlos.
¡Qué vayan a hablar con los viejos sin sexos,
qué lleven su lamento a la lluvia!
Hoy sólo quiero lo que vos has nombrado.
No necesito del rugir de la gente que se muerde,
de la que se quita el pan y el placer.
¡Qué se vayan con sus papeles  y sus listas,
qué se vayan al mundo muerto de los precios!
Enséñame a bailar esa danza primitiva, sexual, mineral,
haz que me reconozca sin este idioma de muertos!

Abel Miranda

viernes, 23 de diciembre de 2011

Poema a Verónica - Abel Miranda

A ti hermana, que me has parido mas veces que mi madre,
a ti, a quien he evitado nombrar con posesivos y cárcelespalbras,
viendo que en realidad me iba cayendo en el extremo imposible,
allí donde hay que inventar nombres porque todo está por nacer,
donde no atrapas nada, ni puedes asir porque todo es distancia.
Compañera, pagaré un alto precio.
Todo lo que existe merece perecer!
Apartarme de los nombres, de los posesivos, para ver sorprendido
que morirán inevitablemente, que no me alcanza, que no es, que está perdido.
Apartarme de los contratos, de los lazos sagrados y dejarte frente a mí
bajo la cruel sospecha del tiempo en un nido posiblemente roído.
Apartarme más allá de lo que dicen, allí donde fracasa el amor,
Donde es poco haber nacido, haber dicho, haber comprendido.
Amormuertevida, pagaré un alto precio.
Por haberte querido sin pedir nada a cambio.
Cuando levantamos las maderas del piso sagrado del amor,
vimos las miserias, la carroña, los sentimientos bajos, la luz humana,
el resguardo, el pez devorado, el silencio, la opresión, lo posible, lo imposible.
Dejamos el amor con sus sentidos de supermercado y nos fuimos
a habitar la angustia y el movimiento que cambia lo que construimos.
Mañana no sé si estaré, desnudémonos que llega tu marido,
matemos al macho cabrío que se domesticó con la costumbre,
bebamos este vino que se acaba, bailemos anónimos. 

lunes, 28 de noviembre de 2011

Un tipo con sobrepeso - María Julia Jorge Auad

tu madre no te entiende

tu padre menos

ni tu cama, ni tu almohada

ni siquiera el agua que sale disparada

de la ducha cuando te bañas

para confundirte el llanto


tus amigos se han ido

después de las cervezas

nadie se ha quedado a consolar al borracho

pobre,

pobrecito

mañana vas a ir al psicólogo

y ese pibe va a tratar de entenderte

o de

"psicoanalizarte"

y qué miedo qué miedo

después de ahí

tal vez, salgas sonriendo

y mates a la vecina

la señora de busto y vientre unido

que viene del mercado

después violarás a su hija y tal vez

te cagues a piñas con el marido

ellos no se van a acordar de vos

tampoco te van a entender

y el clímax del tema es

que te van a sentar de nuevo

en la misma silla

para preguntarte

¿vos quién quieres ser?


*Maria Julia Jorge Auad

Santiago del Estero - Argentina

Carta para Mora (parte III) - Mauricio Rey

Hoy vuelvo a escribirte despues de un tiempo de silencio, de desórdenes en el ánimo.Espero que vos estés bien, y dedicada de lleno a tu profesión.Por mi parte, en éstos dias han publicado unos textos mios en un diario cultural que gestiona un colega.


Hecha ésta presentación, te pregunto si acaso piensas en mirar desde tu colina la participación ciudadana, o si despues del análisis descrees de ella, o si mantienes una luz allí.

¿Qué piensas? ¿Tus manos han destruido o construido utopias? Ademas, con tu belleza, pero mas con tu inteligencia has encontrado rastros para una mejor ciudad que habitar.Mi elogio es infaltable, pero más allá de eso quiero hacerte saber ésto de vos, cosas que me molestan:

* Tu aparente caracter invencible, o tu empeño en esa manera de ser.

*Tus silencios prolongados.

*La idea de que las relaciones humanas son vínculos inevitables (¿?) de
dominio.

*Tu falacia en el discurso.

No quiero enumerar tus defectos, porque incluso podría incluir los mios.Sé, entre otras cosas, que simpatizas con la gestión oficialista, que ahora tambien quienes tienen un título son llevados como ovejas, como gallinas, como vacas; por el patron de estancia.Lo cual no hace mas que confirmarme, que ustedes los doctos son tan o mas dóciles que quienes no accedieron al sistema educativo de éste pais, cómo entonces critican a esos negros de mierda, vagos, borrachos (y demas calificativos) que son transportados en camion y pagados con choripan y vino, esos que golpean bombos y aplauden el discurso de turno.Pero ustedes, aplauden desde una oficina, reciben un sueldo o forman parte de organizaciones afines al gobierno.Son unos charlatanes de feria!!!!

Por tanto, nada pueden alegar en mi contra, ustedes que son gente bien.Gente que asiste a misa los domingos, que paga sus impuestos, que cumplen sus obligaciones y tienen la conciencia limpia.Sí, todos y cada uno, sin excepciones.

Espero, por mi parte ser lo suficientemente fuerte y sagaz para no creer en lo que dices, porque como hembra que has sido creada y criada usas tus encantos para lograr tus propositos.No será conmigo que lo lograrás."No me verás arrodillado, no me verás arrodillado"(1)

(1) Fragmento de "Ciudad de pobres corazones" de Fito Paez.
esencia.

Lugares comunes - Maxi Sack

Hablando de adictivos naturales, y en mañanas de un vaho pegajoso, inmundo, cuando a menudo se le arriman, se amuchan porque tienen que, entonces sucede que sus relaciones humanas no concibieron espejos, y en un semblante turbio se dibuja un resbalón en el cementerio, una vieja canción de boliche, o algún grupo de discapacitados cortando la avenida principal.
Sonría, lo estamos filmando.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Bestia - Maxi Sack.

Te quiero bestia

Sin espejos

Al sol de los mortales

Al acecho de una sombra escasa

Cosiendo arañas

Rezando al mármol

Te quiero bestia y sin brazos

Con bosques vigías

Con poses de halcón

De caricia inquina

Y a la espera de payasos

De sonrisas con dolor

Tu altar tibieza

En la proximidad de los mimos

Toxina en la pared

Y en historias húmedas

Volver a ser la bestia tragasueños

De fantasías acabadas contra la pared

Maxi Sack

10/09/2011

Bandera - Mauricio Rey.

Palabras con colores, colores que son signos de esta boca y estos ojos;
ajenos y propios los mundos que reflejas. Oculto el mensaje o claro el día que se ve allí.

Hay alfabetos por descubrir

¿Lo sabes?

Aunque ella se asome por el costado,
le invitamos un trago, le recitamos versos al costado del canal,
vemos la tarde irse.

Ella ríe, me dice que no es el momento, que me da un rato más. Se va. Estás vos ahí:

Alegrándome un poco...

Estrella...

Victoria...

Soledad...

Alma...

Libertad.

Y la paz de un día domingo, mientras todo fluye lentamente.

Estereoscopia - Maxi Sack.

Tres delfines en la mar

Uno atravesado

Mirada al frente

Que se mira lateralmente

Saltos quietan al brumar

Bisonan luces atardecidas

De caricias preferidas

Seis delfines en la mar

Y hay solos en el oleaje

Ocultos juntan coraje

En otro rincón demente

Que esta noche piensa aclarar.

Maxi Sack

02/09/2011


Encastre - Maxi Sack.

Armónico mayor

Anhelos de plástico sobre plástico

De maderitas y botones

Amores a color

Alba azula

Cielo estampe

Verdes espejos al sol

Espuma el alma, acuna.

Y sorbe la esperanza,

Llanto multicolor

Y calma entre la almohada

Y caricia de león

Blanco manso

Arrullador

De mis tímidos fantasmas

De este mundo agrupador

Orden puro, mi amor

Pasaje natural

Entre tus finos cabellos

Entre tus ojos

Mi menor.

Maxi Sack

29/08/2011

Intervalo (Papeles para el ensayo) - Mauricio Rey.

Me detengo a mirar la salida del sol entre las nubes,
me maravillo de la naturaleza.
Comienzo a pensar en todo lo que estoy haciendo,
no quiero confiarme tanto, voy paso a paso y lo sabes.
Por eso, y por más te escribo estas líneas.
En este juego gana el que mejor finge, la vida es un teatro.
El viernes te recordé, dama buena, inteligente y misteriosa.
Qué ha sido de tu vida ahora.

¿Te escriben poemas?

Ni me pregunto ya.

Existes y le haces bien al universo.
Han de ser una calle, un puente, un rio.
Oscuridad como la de ahora. Una imagen solamente.
Sigo aquí, disfrutando este momento y el maravilloso silencio,
una certeza de la tranquilidad, una forma de seguir mirando el mundo y sus interpretes,
sus actores y sus autores.
Mis sueños han de tener un norte, una señal, un espejo,
un martillo, un dia y una noche que admirar.

jueves, 28 de julio de 2011

Cercenada - Bárbara Dibene

Ella dice que está muerta, pero no le creo. Siempre fue muy mentirosa; no por desconocer el valor de la verdad, sino por apreciar el arte de la mentira bien formulada, tan real que aplasta todo lo sincero hasta ahogarlo. Por eso no le creo, aunque perjure y perjure, y me muestre el abdomen manchado de sangre.
Me siento, y desde la silla la veo retorcerse. Dice que sufrió mucho, que es desesperante sentir como la garganta se cierra y no podés respirar. Que solamente te queda contar y esperar el sonido salvador de la ambulancia, que no llegó, porque no la llamé. Y me mira, con odio y resentimiento, porque ella no tuvo fuerza para alcanzar el celular, que estaba en la mesa de la cocina, donde esta tarde habíamos estado tomando mate y charlado de la vida.
Susurra, se esfuerza por putearme con esa lengua viperina que tanto disfruté acariciar con la boca. No la escucho, porque me imagino tomándola fuerte, sacándole la expresión de odio de un sacudón. Pero no es momento, lo sé, por eso mejor me enojo y le digo que se calle. Al primer grito me hace caso, y sonríe con una falsedad que me indigna.
Me repite que está muerta, doblemente no le creo. Los ojos se le dieron vuelta, y su cara tiene una expresión fatal, no me importa. Yo todavía la quiero, pero hay cosas que no se le hacen a uno, estas son las consecuencias.
Se ahoga, ya no espera la ambulancia. Contrae el abdomen y vomita sangre. Tose, creo que suspira mientras me echa las mil y una maldiciones. Llora, sí, me parece que llora y dice que nunca me amó. Encima me hace esto; miente, engaña, hecha culpas y ahora me hace sentir un pelotudo. Cómo le voy a creer otra vez, no puedo.
Siempre fue hermosa, tremenda, pero tan loca. Nunca me salió entenderla. Hoy menos que menos, cuando me dijo que ya no estaba segura de nosotros, y me pedía un tiempo. Hoy menos que menos, cuando me confesó entre ese llanto de mierda que había conocido a alguien más.
Me costó no quererla cinco minutos. Le rompí el corazón, esta vez de verdad, no como cuando me decía que la lastimaba cuando no le contestaba un puto mensaje. Y ahora llora, se queja, me dice que está muerta y no le creo. Ya no puedo, todo es una mentira, ella lo fue.
No me habla, no se mueve.
Sentado, con la vista fija en sus ojos eternos, apreto fuerte el corazón entre las manos, que todavía está caliente y húmedo. Me resisto a creerlo, pero creo que la maté.

miércoles, 27 de julio de 2011

Mi Verónica


Todas las excusas

para caminar el barrio

eran nuestras.

Hacíamos cola en la verdulería.

Comprábamos la carne.

Y a la mañana el pan.


Volvíamos de la escuela

y jugábamos carreras.

Ellos ganaban.

Nuestra ruta era secreta.

Y nuestros besos

también.


Las zapatillas

no lograron entrar.

Pedimos hamburguesas.

Fuimos a un hotel.

Salieron ellos

Y nosotros, nunca más.


Cada noche

recordábamos la pastilla.

Los apuntes organizaban

marchas en la mesa.

Y el mate solo

nos animaba.


Desnudos

en el espejo.

Juntos

éramos hermosos.

Para siempre

con hijos nuestros.


Los silencios

ganaban espacio.

Los días sucedían

lejos.

Nos amábamos

enojados.


Después

de las mentiras,

podemos tomar helado.

No me vas a perdonar.

Te regalo un peluche,

como si nada me dices

que no vamos a coger.


No tienes miedo de perderme,

preguntas.

Hace mucho, pienso,

que no sos mi Verónica.


de Gavy Yauza

martes, 26 de julio de 2011

Como una Flor



Como una rana

crucificada en la mesa

de un chico de escuela

a punto de hacer el corte

por primera vez.


Como un metal

ciego y hambriento

que busca placer

en el cuerpo rendido

de una mujer.


Como un amante

cansado en la cama

de la chica soñada

a punto de no hacer

para dormir otra vez.


Como un caramelo

atrasado de miedo

que intenta

de lejos

vencer el dolor.


Como una flor

cadáver secreto

en su flamante caja

para recordar

un amor.


de Gavy Yauza